La economía de Turquía es la decimosexta más grande del mundo y la sexta más grande de Europa. Es una economía emergente con un enfoque en la producción manufacturera, la exportación de productos y el turismo. En las últimas décadas e ha convertido en un hub de negocios entre Europa, África y Asia.
Las políticas económicas gubernamentales y la inversión extranjera han sido clave en su crecimiento y desarrollo económico en los últimos años, aunque el país se enfrenta a grandes retos económicos y sociales, como la elevada inflación o las consecuencias del terremoto que sacudió hace poco el sudeste del país.