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De izquierda a derecha: Javier Azaña, responsable de AREX Digital, Daniel Bel, coordinador de proyectos de marketing digital en Integra, Anselmo Río, CEO en Redflexión, Mario Garcés, CEO de The Mindkind, y Ramón Tejedor, director gerente de Aragón Exterior.

«ChatGPT, ayúdame a mejorar mis exportaciones»

Las inteligencias artificiales se han revelado como una potentísima herramienta para mejorar la productividad y la búsqueda de información, pero también tienen sus sombras. Aragón Exterior organizó esta semana una jornada para acercar a las empresas los usos, retos y desafíos de estas tecnologías para la internacionalización de sus negocios.

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Tras protagonizar en apenas unos meses decenas de miles de titulares y conversaciones por todo el planeta, ChatGPT sería una firme candidata a ser nombrada ‘Persona del Año 2023’ por la revista Time. Lo sería si fuera humana, pero es una Inteligencia Artificial (IA) -la más popular del momento- a la que muchos ya han ‘saludado’ pero de la que pocos conocen en profundidad todo lo que es capaz de hacer. ¿Puede ayudar a abrir mercados? ¿A localizar proveedores? ¿A conocer qué productos concretos son los más demandados por los consumidores de una ciudad? Para acercar el potencial de las inteligencias artificiales a las empresas aragonesas y cómo aprovecharlas para la internacionalización, expertos de Integra Estrategia y Tecnología, Redflexión y The Mindkind participaron esta semana en una jornada organizada por Aragón Exterior con la colaboración de Ibercaja y Fundación Ibercaja.

«Estamos ante un escenario excepcionalmente disruptivo, en una revolución en la que términos que ni se conocían hace pocos años ya forman parte de nuestro presente», señaló Ramón Tejedor, director gerente de Aragón Exterior.

Conversando con máquinas

Gabriel García Rubio, responsable de Innovación de Integra Estrategia y Tecnología, fue el encargado de introducir el funcionamiento y la evolución de las tecnologías de IA. Explicó que con las inteligencias artificiales «resulta complicado pasar de la teoría a la aplicación, pero se está consiguiendo». «Detrás de ChatGPT existen unos modelos que han permitido que una máquina sea capaz de procesar el lenguaje humano y generar texto, pero estos modelos no dejan de ser matemáticos. La inteligencia artificial generativa trata de predecir qué contenido debería aparecer tras una consulta, pero aplicando un contexto. Esta misma técnica también se está utilizando para generar imágenes. El lenguaje de programación ahora es el lenguaje humano», añadió.

¿Qué impacto van a tener las inteligencias artificiales en nuestro mundo actual? García Rubio señaló que, según un estudio, «el 80% de la mano de obra estadounidense podría ver afectado el 10% de sus tareas laborales por la introducción de las GPT; mientras que a otro 19% les afectaría en nada menos que un 50% de sus tareas».

«Los clones digitales de los seres humanos son un ejemplo de que muy pronto el contenido se personalizará automáticamente de una forma mucho más real. Quizás demasiado», advirtió. Para ilustrar sus palabras, proyectó un vídeo de sí mismo hablando a cámara en un inglés exquisito – generado por una IA en base a una foto y unos segundos de audio de su voz (en español).

Optimizar la internacionalización

Una de las áreas en las que la IA está teniendo un mayor impacto es en la mejora de la eficiencia y la productividad en las empresas. Puede ayudar a automatizar procesos y tareas que antes requerían de la intervención humana, lo que permite a las empresas ser más eficientes y reducir costes. Además, la IA puede analizar grandes cantidades de datos de forma rápida y precisa, ayudando a las empresas a identificar oportunidades de negocio y a tomar decisiones informadas.

Daniel Bel, coordinador de proyectos de marketing digital en Integra, aseguró que el uso de la IA «ciertamente va a afectar al comercio exterior». Además de mejorar la eficiencia y la productividad, la Inteligencia Artificial también puede contribuir a que las empresas desarrollen nuevos modelos de negocio y a expandirse a otros mercados: permiten ayudar a las empresas a entender mejor las necesidades y preferencias de los consumidores en diferentes países, optimizar su logística o ajustar la producción en tiempo real para satisfacer la demanda y evitar el exceso de inventario. La mejora es siempre continua gracias al machine learning: estos sistemas utilizan algoritmos de aprendizaje automático para analizar tendencias, datos y recomendaciones personalizadas.

Bel explicó que existen dos niveles de uso de estas tecnologías: en un primer nivel, se utilizan datos públicos que están en Internet desde hace más de un año y, dependiendo de la herramienta, podemos pedirle que cree un contenido examinando cantidades ingentes de información; el segundo nivel es crear una instancia privada en la que «podemos subir los datos de nuestra empresa, de nuestro catálogo, de nuestros desarrollos… y que piense en base a esa información». «Estas tecnologías suelen requerir un cierto ajuste y siguen aprendiendo (y muy rápido)», añadió.

Un cambio de paradigma para el comercio exterior

El coordinador de proyectos de marketing digital en Integra explicó, con muchos ejemplos prácticos, cómo las herramientas de IA pueden contribuir a mejorar el comercio exterior de cualquier empresa desde distintos ámbitos:

  1. Estrategia: «Ayudan a elegir a qué mercados exportar, qué actividades hay que preparar, si un mercado concreto es adecuado para nuestra empresa, qué tendencias de consumo tiene ese país o zona… Permiten desarrollar benchmarking, establecer ‘buyer personas’ (clientes tipo), buscar información sobre la competencia para comparar argumentos de venta, buscar distribuidores o tendencias de mercado».
  2. Táctica: «Podemos obtener información inmediata de qué requisitos debo cumplir para exportar un determinado producto, si debemos cambiar el etiquetado, cómo buscar distribuidores, qué documentos necesitaré…». Pero el uso de la IA también se aplica en la operativa diaria del marketing internacional, explicó Bel, que puso como ejemplos desde el uso de estas herramientas para realizar traducciones a la redacción de artículos para el blog de la empresa o para copys de email marketing, elaboración de discursos, chatbots en distintos idiomas, encontrar el texto que mejor funciona para un CTA (Call To Action – llamadas a la acción) en campañas online, elaborar especificaciones de productos o encuestas de satisfacción, entre un infinito etcétera.
  3. Técnica: «Con la IA podemos obtener información que abarca desde consultas generales sobre comercio exterior a barreras a la exportación, exigencias de certificación y normativa, requisitos aduaneros o qué documentación general necesitaré para realizar una operación», explicó Bel.

Con todo este potencial, ¿están en peligro los puestos de trabajo de los profesionales del comercio exterior? ¿Serán sustituidos por máquinas? «Las herramientas de IA son muy potentes para mejorar nuestra productividad, pero no sustituirán a las personas. Pero sí habrá profesiones, como la de los traductores o los creadores de contenido, que tendrán que reinventarse. Van a cambiar puestos de trabajo y en determinadas áreas se van a reducir, pero también se van a desarrollar nuevos perfiles profesionales», apuntó Bel.

Mucho más allá de ChatGPT

ChatGPT puede que se haya convertido en la IA más reconocible a nivel popular, pero la carrera por desarrollar y perfeccionar distintas IA ya lleva cierto recorrido. Los grandes players tecnológicos del mundo -Microsoft, Apple, Google, Alibaba, IBM, Adobe…- siguen desarrollando y perfeccionando sus propios modelos, a los que se suman otras iniciativas impulsadas por compañías de menor tamaño. Más allá de las limitaciones que puede encontrar un usuario español por cuestiones de idioma o ubicación geográfica (salvables con un VPN), a sistemas conversacionales como Bard (Google) se suman soluciones para todo tipo de necesidades, como Writesonic -que permite crear contenido optimizado para SEO y libre de plagio-, ChatPDF -al que se le pueden cargar PDFs y generar un sistema que ofrece respuestas tras analizar una cantidad ingente de contenido-, Gamma -para hacer presentaciones, documentos y páginas web-, Dall-E para crear imágenes… El listado de herramientas de IA no para de crecer.

Anselmo Río, CEO en Redflexión, explicó que con la inteligencia artificial y la inteligencia competitiva «se puede conseguir de todo porque la IA funciona bien con el big data». «Para una estrategia de internacionalización, podemos obtener información de un mercado sobre la tecnología que se está usando, los parámetros culturales, las estrategias sociales, los hábitos de consumo… y con toda esa información podemos obtener una visión muy estratégica del mercado. Pero esos datos hay que saber traducirlos a información útil, poder detectar qué pistas están validadas y cuáles están incompletas, y aplicar todo eso correctamente a nuestros intereses», añadió Río.

De dónde procede la información

¿Pero de dónde procede la información y los datos? Río explicó que, entre otras, «ChatGPT muestra información de fuentes no oficiales. Pero la información que se guarda en Internet va mucho más allá de lo que nos muestran los buscadores. El denominado ‘internet invisible’ (contenidos no accesibles a simple vista) es enorme pero, si se sabe cómo y se conocen las fuentes, se puede acceder a determinados contenidos ya sea a través de ‘puertas’ abiertas o técnicas como el web scrapping», explicó Río. Y luego está la ‘Deep Web’, una suerte de Internet privado donde se pueden encontrar contenidos ilegales.

Pero aquí entran en liza varias cuestiones -legales y/o morales- que atañen a la autoría o la fiabilidad de las fuentes de información de los resultados, la accesibilidad o la seguridad respecto a determinados datos sensibles. Por ejemplo, ChatGPT no muestra las fuentes de información ni enlaces a los resultados que ofrece a no ser que se soliciten explícitamente (y se verifique que realmente son ciertos). «El volumen de información incorrecta es muy grande y una solución sería crear una agencia encargada de certificar contenidos verdaderos o aplicar cadenas de blockchain para verificar y certificar el origen y su fiabilidad», coincidieron en señalar los expertos.

¿Están en peligro los datos de nuestra empresa? «Algunas personas ya han cometido errores como, por ejemplo, subir un archivo excel con sus tablas de precios para que les calcule márgenes de beneficio. Por supuesto, la herramienta los calcula sin problemas, pero esa información ya está en manos de la IA. Y a día de hoy ya se puede encontrar mucha información sensible de algunas empresas. Una vez que la maquina aprende algo, ¿cómo dar marcha atrás?», advirtió el CEO de Redflexión. «Como reza el dicho, si quieres que algo no se sepa, no lo cuentes; si quieres que una información sensible de tu empresa no se divulgue, no se la cuentes a ChatGPT», expuso Bel.

Inteligencia artificial desarrollada desde Aragón

Aragón no es ajena al desarrollo de soluciones de IA. Un ejemplo parte desde Castejón de Sos, en el valle pirenaico de Benasque, desde donde opera The Mindkind, una empresa que está desarrollando su propia Inteligencia Artificial General Algorítmica (AAGI) con el ambicioso objetivo de dotar de capacidades subjetivas y reales de los seres humanos a sistemas informáticos diseñados para interactuar con las personas. Mario Garcés, CEO de la compañía, explicó en la jornada que su objetivo es aplicar las experiencias subjetivas humanas, rasgos del cerebro a nivel funcional, a la inteligencia artificial: «Las emociones son un mecanismo de optimización y nos permiten trabajar la complejidad y reducirla para generar respuestas adaptativas. Trabajamos en crear un motor comportamental».

«La AAGI que estamos desarrollando resuelve tres de los problemas actuales de la IA: la información es trazable; es flexible para extraer conocimiento y escalarlo y el consumo de la información, ya que se va a trabajar sobre elementos conceptuales». «A nivel funcional, nos aproximamos al cerebro. Ahora podemos generar información subjetiva no real que va a entrar en la toma de decisiones. Pero la IA no es un problema, es una herramienta. La tecnología no puede ser nunca un fin, siempre debe ser un medio. El fin siempre deben ser las personas», expuso Garcés.